Trabajos en la
calle del Ejército Libertador.
Las obras del
alcantarillado de Santiago se prosiguen con mucha actividad en las calles del Ejército Libertador y del Dieciocho.
En la primera
de las calles mencionadas, se ha puesto ya trabajo en cuatro cuadras y se
prosigue activamente la operación de abrir el herido en las demás.
La obra
consiste en una gran zanja en el centro de la calle, cuya profundidad variable
indican los niveles señalados en tablas atravesadas en la calle. En el fondo de
esta zanja se coloca la cañería central de la cual parten las conexiones para
cada casa.
La cañería central
es de cemento y presenta hasta ahora condiciones superiores a las de arcilla
que se emplean en otros países. Es menos quebradiza y ofrece mayores
facilidades para unir estrechamente unos trazos con otros. Nuestras fotografías
dejan ver los tubos de cemento acumulados en la acera, mientras se prosiguen
las excavaciones en el centro de la calle.
Frente a cada
puerta de calle se marca el punto donde llegara la cañería de conexión. El resto,
en el interior de cada casa, corresponde al propietario respectivo.
El trabajo más
delicado es el de las cámaras de visita, las cuales habrá tres en la calle del
Ejercito. Son túneles de albañilería, de construcción cuidadosa, que arrancan
de una esquina, en la acera y permitirán llegar hasta la cañería. La cañería misma
no es visitable, esto es, no puede entrar en ella un hombre, pero las cámaras de
visita permitirán llegar hasta la cañería para trabajos de limpieza, etc.
En la calle
del Dieciocho se construyen uno de los grandes colectores que serán centros de
sistemas. El colector es visitable, es decir, cabe dentro de el un hombre ligeramente
encorvado que puede recorrerlo.
Por supuesto,
el trafico queda interrumpido durante los trabajos; pero si la empresa va
distribuyendo su trabajo en los diversos barrios, dejando siempre libre una
calle de por medio, el inconveniente se reducirá al mínimo.
Algún sacrificio
tiene que hacer los vecinos de Santiago para llegar a completar esta obra que disminuirá
la mortalidad de la capital, que nos librara de las inmundas acequias y que,
con la pavimentación de asfalto, hará de Santiago una ciudad verdaderamente
culta, habitable, de la cual no tendremos que avergonzarnos. Por ahora, todo lo
que se puede avanzar es que esta magna obra de saneamiento presenta todos los
caracteres de un trabajo seriamente emprendido y con las debidas garantías. La piedra
empleada en la albañilería es de excelente calidad y el trabajo se hace en las
mejores condiciones. La Inspección Fiscal, dada a contrata, no solo revisa los
planos, sino que además, tiene interés directo en que se active el trabajo y,
sin duda, no omitirá medio para conseguirlo.
Publicado en julio de 1905. Revista ZigZag
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