El miedo infundido a la población, tanto de
Santiago como de Valparaíso, por los pronósticos del capitán Cooper, dio el
domingo(*) motivo en nuestra capital a una curiosa actitud de la gente que tenía
miedo y aun de aquella que no se ha creído victima del terror.
Para precaverse de posibles terremotos y
desgracias, varias personas armaron carpas en sitios despejados como en la
Alameda, el Parque Cousiño, Parque Forestal, Plaza del Brasil, Plaza de Yungay
y algunos otros, con el objeto de pernoctar en medio de la confianza y el favor
de la intemperie.
Toda la tarde del domingo se pudo observar en los
diversos barrios un pintoresco desfile de señoras, acompañadas de niños y
servidumbre, llevando maletas, paquetes de ropa y también algunos comestibles,
que peregrinaban a casas bajas o a sitios fuera de peligro.
El ánimo de la ciudad sin embargo, era sereno, casi
risueño. El pánico no se vio dibujarse en ningún semblante; solo algunos
tímidos, en lo que los decires mas simples encuentran una impresión
involuntaria y formidable, expresaban dudas graves en presencia de la menuda
neblina que rocío la ciudad después de las nueve de la noche, y a la cal
atribuían indicios precursores de algo terrible… pero que no ocurrió.
Hasta las once de la noche hubo paseos muy
concurridos en la Alameda y Plaza Brasil, y algunos otros paseos, en donde se
veía a una multitud dispuesta a disipar inquietudes graves.
Las autoridades tomaron ciertas medidas para
resguardar el orden y contribuir a la confianza del público, determinando la
vigilancia por medio de patrullas del ejército y fuerzas de policía, que se
apostaron en los puntos más poblados.
Este servicio cuya presencia, a pesar de haber dado pábulo a comentarios de la
gente pusilánime, estamos seguros que ha prestado una eficaz cooperación a la
tranquilidad de la ciudad.
El señor Intendente de la provincia, acompañado del
Prefecto, de los sub-prefectos y secretarios de la Prefectura paso la noche en
la sala de la Intendencia.
Permanecieron en reunión durante toda la noche, a
fin de tomar cualquier medida urgente, en caso de que ocurriera cualquier
novedad. En total, después de las predicciones de Cooper, lo que hubo en
nuestro país fue lo siguiente: en Talca hubo dos fuertes temblores, acompañados
de ruidos subterráneos y en San Fernando uno de reglar fuerza. Constitución a
las 12:48 P.M. temblor suave.
(*) Esta información se publico el día sábado 5 de octubre e indica una noche de domingo la cual podría haber sido el 29 de septiembre del mismo año (N.R.)
Revista ZigZag. 5 Octubre 1912